Existen varias formas de entender la evolución histórica del Imperio Romano. El tratamiento de los aspectos políticos, las cuestiones sociales, las transformaciones económicas, son temas elegidos con frecuencia por los historiadores. Los autores de la presente obra han preferido hacer hincapié en los componentes institucionales e ideológicos de dicha evolución ya que en muchas ocasiones la comprensión de los cambios en toda su dimensión histórica exige también el análisis de lo que suele entenderse por superestructura. El resultado de este planteamiento quizá no difiera sustancialmente de otras Historias del Imperio Romano, pero al descansar sobre un análisis más enriquecedor permitirá al lector conocer con mayor profundidad los mecanismos y la diversidad de los elementos que subyacen en el complejo entramado histórico-social. Al mismo tiempo se ha tratado de incorporar a esta nueva Historia del Imperio Romano buena parte de las últimas aportaciones de la historiografía moderna, ya que temas tales como el pensamiento político o la economía están sometidos a una continua revisión por parte de los historiadores del mundo antiguo. Siendo uno de los objetivos prioritarios de la obra que el lector pueda profundizar en el análisis de determinadas cuestiones de la historia imperial de Roma, no se ha renunciado en ella a introducirle también en la metodología histórica de este periodo, haciendo ver las contradicciones en las que incurre la historiografía, la necesidad de completar las fuentes escritas con otra documentación de diferente carácter o mostrando la evolución del pensamiento historiográfico moderno.