Se ha dicho con acierto que el Quijote de Miguel de Cervantes representa un viaje imaginario. Con todo, el contenido simbólico que supone esta obra maestra de la literatura universal no debe ser estimado como un tema más entre otros, sino como la fuente de su significado profundo.
En este estudio se pretende demostrar la unidad orgánica del tiempo imaginario en el Quijote de Miguel de Cervantes como fuente de su volumen simbólico y, consecuentemente, de su significado poético. Se trata de probar que el estatuto fundamental del diseño estético del Quijote responde a una estructura de convergencias y síntesis, acorde con la imaginación cíclica de la novela, si seguimos el dinamismo interpretativo propuesto por el modelo simbólico de Gilbert Durand, a partir de las formas imaginarias en que se expresa la vivencia de la temporalidad en la narración. Tal criterio propone el desarrollo de una Semántica y una Sintaxis imaginarias de la novela cervantina, lo que explica la relación de su forma interna como externa, esto es, su contenido temático-argumental y su realización estilística y narratológica.
El Quijote se muestra, por consiguiente, como una pieza sintomática no sólo de la sensibilidad aurisecular; se trata fundamentalmente de un pensamiento ecuménico, el cual marca las primeras huellas de una geografía novelística que se extiende a través de cuatro siglos. La ironía subversiva de Cervantes es el detonante de esta nueva postura ideológica-afectiva del ser frente a la sospecha de la desintegración del espíritu colectivo, tan característica en nuestro tiempo.