Los réquiem y otros poemas

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Rainer Maira Rilke (Praga, 1875 - Montreux, Suiza, 1926) es uno de los creadores más determinantes de la literatura del siglo XX. Las nuevas dimensiones del lenguaje y de la forma, explorada y fijadas con su poesía, han ejercido una influencia concluyente. En plena crisis sentimental, tras su fracasado matrimonio, marchó a París donde conoce al escultor A. Rodin en 1905, con quien trabaja como secretario y del que aprende la severa concepción de la creación artística, la disciplina moral y la observación objetiva. En 1907 preparó una exposición de Cézanne, con quien también hizo una gran amistad y del que aprendió a fijar con precisión las imágenes de las cosas, para restituir a la realidad la plenitud del sentido; siempre atormentado por las ambigüedades e inexactitudes de las palabras y de las cosas y encerrado en su propia interioridad, los conceptos artísticos de Cézanne y Rodin fueron determinantes en su poética.

Estos años de estancia en París, hasta 1910 que se marcha tras una grave crisis psicológica, con su acercamiento a la filosofía existencial de Kierkegaard, son necesarios para comprender los nuevos caminos que le van a conducir hasta «Elegías de Duino» y «Sonetos a Orfeo».

Los réquiem y otros poemas

Traducción y comentarios de Otto Dörr
2024
116
12,5 x 19,5 x 5 cm
Tapa blanda
978-84-9895-584-2
14,00 €
Rainer Maira Rilke (Praga, 1875 - Montreux, Suiza, 1926) es uno de los creadores más determinantes de la literatura del siglo XX. Las nuevas dimensiones del lenguaje y de la forma, explorada y fijadas con su poesía, han ejercido una influencia concluyente. En plena crisis sentimental, tras su fracasado matrimonio,...

Rainer Maira Rilke (Praga, 1875 - Montreux, Suiza, 1926) es uno de los creadores más determinantes de la literatura del siglo XX. Las nuevas dimensiones del lenguaje y de la forma, explorada y fijadas con su poesía, han ejercido una influencia concluyente. En plena crisis sentimental, tras su fracasado matrimonio, marchó a París donde conoce al escultor A. Rodin en 1905, con quien trabaja como secretario y del que aprende la severa concepción de la creación artística, la disciplina moral y la observación objetiva. En 1907 preparó una exposición de Cézanne, con quien también hizo una gran amistad y del que aprendió a fijar con precisión las imágenes de las cosas, para restituir a la realidad la plenitud del sentido; siempre atormentado por las ambigüedades e inexactitudes de las palabras y de las cosas y encerrado en su propia interioridad, los conceptos artísticos de Cézanne y Rodin fueron determinantes en su poética.

Estos años de estancia en París, hasta 1910 que se marcha tras una grave crisis psicológica, con su acercamiento a la filosofía existencial de Kierkegaard, son necesarios para comprender los nuevos caminos que le van a conducir hasta «Elegías de Duino» y «Sonetos a Orfeo».

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