Memorias de un desmemoriado

Crónicas de Madrid

En 1915 y 1916 La Esfera publicó una serie de textos autobiográficos de Benito Pérez Galdós, tan reacio siempre a hablar de sí mismo. «Ahora, memoria mía, no te apartes de mí, que, o mucho me engaño, o necesitaré tu asistencia en mi afanoso vagar», escribe al recordar Roma. Galdós, ya casi ciego en la altura en que se publicaron estos retazos de vida, tuvo que dictarlos. Este volumen recoge además «Crónica de Madrid», texto de una conferencia de Galdós que leyó en el Ateneo de Madrid Serafín Álvarez Quintero, pues el autor no estaba ya en condiciones de hacerlo. En estas pocas páginas está de cuerpo entero el Madrid de Galdós, el de sus novelas y también algo del que vivió y escondió; y desde luego dan una idea muy cabal de la historia de la capital del Reino. Cuenta él: «Créeme, querida ninfa, que no acabaría si te contara punto por punto las grandezas que encierra esta por tantos títulos noble y sacra ciudad».

Memorias de un desmemoriado

Crónicas de Madrid
Prólogo de Juan Van-Halen
2004
234
16 x 22,5 x 1,2 cm
Tapa blanda
978-84-7522-813-6
15,00 €
En 1915 y 1916 La Esfera publicó una serie de textos autobiográficos de Benito Pérez Galdós, tan reacio siempre a hablar de sí mismo. «Ahora, memoria mía, no te apartes de mí, que, o mucho me engaño, o necesitaré tu asistencia en mi afanoso vagar», escribe al recordar Roma. Galdós,...

En 1915 y 1916 La Esfera publicó una serie de textos autobiográficos de Benito Pérez Galdós, tan reacio siempre a hablar de sí mismo. «Ahora, memoria mía, no te apartes de mí, que, o mucho me engaño, o necesitaré tu asistencia en mi afanoso vagar», escribe al recordar Roma. Galdós, ya casi ciego en la altura en que se publicaron estos retazos de vida, tuvo que dictarlos. Este volumen recoge además «Crónica de Madrid», texto de una conferencia de Galdós que leyó en el Ateneo de Madrid Serafín Álvarez Quintero, pues el autor no estaba ya en condiciones de hacerlo. En estas pocas páginas está de cuerpo entero el Madrid de Galdós, el de sus novelas y también algo del que vivió y escondió; y desde luego dan una idea muy cabal de la historia de la capital del Reino. Cuenta él: «Créeme, querida ninfa, que no acabaría si te contara punto por punto las grandezas que encierra esta por tantos títulos noble y sacra ciudad».

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