El autor de este libro fue el poeta y pintor español José Moreno Villa, que a raíz de la guerra civil española vivía exiliado en México. En la portada de esta obra José Moreno Villa figura únicamente como autor de los dibujos, lo cual no deja de tener su lógica, ya que los dibujos, en efecto, sirven todavía más que los versos para estructurar el conjunto. También justifica esta decisión el hecho de que la mayor parte de las canciones recogidas sean anónimas. Sin embargo, en el libro se incluyen dos o tres escritas por el propio «dibujante», que establecen un diálogo muy vivo con los clásicos villancicos de Lope de Vega, de Góngora y de Alonso de Ledesma, lo mismo que con los más modernos de Concha Méndez, una poeta española que entonces vivía exiliada en México, al igual que Moreno Villa. Lo que el lector tiene en sus manos no son ni fichas ni fechas, sino poesía. Poesía pura, en los dibujos no menos que en los versos. Poesía infantil si se quiere. Pero sólo en la medida en que toda poesía exige de nosotros la resurrección, por muy momentánea que sea, de ese niño, de ese centro de vida, que todos llevamos dentro. Edición facsímil de Isla México, Manuel Altolaguirre, 1945. Dibujos de José Moreno Villa.