bilingüe
«De la obra de Verlaine, ¿qué decir? El ha sido el más grande de los poetas de este siglo. Su obra está esparcida sobre la faz del mundo. Suele ser ya vergonzoso para los escritores apteros oficiales no citar, de cuando en cuando, siquiera sea para censurar sordamente, a Paul Verlaine».

Rubén Darío

«Padre y maestro mágico, liróforo celeste
Que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
Diste tu acento encantador;
¡Pánida! ¡Pan tú mismo, que coros condujiste
Hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
Al son del sistro y del tambor!»
Rubén Darío

Poesía

Edición de Jacinto Luis Guereña
2007
288
12,5 x 19,5 x 1,4 cm
Tapa blanda
978-84-7522-694-1
16,00 €
«De la obra de Verlaine, ¿qué decir? El ha sido el más grande de los poetas de este siglo. Su obra está esparcida sobre la faz del mundo. Suele ser ya vergonzoso para los escritores apteros oficiales no citar, de cuando en cuando, siquiera sea para censurar sordamente, a Paul...
«De la obra de Verlaine, ¿qué decir? El ha sido el más grande de los poetas de este siglo. Su obra está esparcida sobre la faz del mundo. Suele ser ya vergonzoso para los escritores apteros oficiales no citar, de cuando en cuando, siquiera sea para censurar sordamente, a Paul Verlaine».

Rubén Darío

«Padre y maestro mágico, liróforo celeste
Que al instrumento olímpico y a la siringa agreste
Diste tu acento encantador;
¡Pánida! ¡Pan tú mismo, que coros condujiste
Hacia el propíleo sacro que amaba tu alma triste,
Al son del sistro y del tambor!»
Rubén Darío

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